¿Tienen futuro los congresos médicos?
Los congresos médicos seguirán haciéndose, de eso no hay duda. Como todo en la vida evolucionarán, pero existirán mientras se siga manteniendo su razón de ser: encontrarse para tratar sobre la realidad del colectivo y hacer difusión de sus nuevos avances o propuestas. El modelo tradicional se enfrenta a amenazas que son, en realidad, oportunidades para el cambio.
En España, los códigos éticos de algunas organizaciones no oficiales (aunque con peso en las decisiones de la Administración) han limitado la financiación de la industria médica y farmacéutica a acciones estrictamente formativas para profesionales, restringiendo el componente lúdico que antaño se mezclaba con la actividad científica. Esta tendencia no es exclusiva de España-Europa, puesto que también se da en países como los Estados Unidos.
Pero no nos engañemos: en un sector sanitario (sobre todo el público) en el que la formación corre a cargo de los propios empleados, la industria farmacéutica y tecnológica asume el gasto necesario para que el médico atienda a un paciente de manera eficaz y actualizada. En su justa medida, y en un escenario de restricciones presupuestarias, seguirá siendo así por años.
Una realidad cambiante
Vivimos en tiempos de información, comunicación y transparencia, en un contexto social y sanitario que en estos momentos entiende que se produzcan determinadas condiciones. Los congresos médicos encontrarán un equilibrio para seguir siendo verdaderas plataformas de transmisión de conocimiento y, a la vez, punto de confluencia de la “convivencia sanitaria”. En paralelo, aparecerán nuevas tendencias y nuevos formatos. Tecnología, redes sociales, apps, pantallas táctiles, drones, códigos QR, vídeo mapping, evaluadores del ROI, omnicanalidad… y conciencia medioambiental. Son conceptos que suenan como protagonistas en esta nueva era. Sin olvidar que todo debe facilitar las relaciones interpersonales, porque un congreso ya no es un show.
En esta coyuntura, España resulta un país atractivo como destino del turismo congresual y las estadísticas de evolución de mercado así lo demuestran. Quizás la tendencia sea concentrar esfuerzos en grandes reuniones de alcance continental, e incluso mundial, celebradas en ciudades que no se limitan a acoger a los participantes sino que, además, cuentan con una red afín: hospitales de referencia, industria farmacéutica, centros de investigación… unos elementos clave que permitan su cooperación. En este sentido, Barcelona es un destino de primer orden, como demuestran su reciente elección para radiología cardiovascular e intervencionista (CIRSE), medicina nuclear (EANM), cirugía cardiotorácica (EACTS) o enfermería (ICN).
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